Por: Iván Morales Carrera (@ivancarrera)
Llevo casi dos años trabajando con mercados de commodities, especialmente petróleo, y por primera vez me tocará vivir una reunión de la OPEP interesante y con gran trascendencia para el mercado.
La situación actual es esta:
El precio internacional del petróleo ha caído de su último peak en junio (en torno a 112 US$/bbl), por cinco meses consecutivos, a niveles actuales de 77 US$/bbl. Una caída francamente espectacular y sorpresiva.
Detrás de esta nueva realidad, existe una lógica bastante sencilla en términos económicos: Los altos precios de forma sostenida (y las utilidades que conllevan), incentivan la entrada al mercado de nuevos participantes.
El desarrollo del shale oil en EE.UU., resulta de la aplicación de una tecnología de extracción de petróleo que ya era conocida, pero que solo empezó a ser rentable en este nuevo escenario de altos precios mundiales.
Ello permitió la entrada de muchos nuevos productores (la gran mayoría independientes), impulsando un crecimiento de forma acelerada en la producción norteamericana de crudo, a un ritmo implacable, y hoy empezamos a ver finalmente su efecto.
Entonces, previo a la reunión de mañana de la OPEP, la pregunta es: ¿recortar la producción conjunta de crudo de la organización para evitar mayores caídas de precios o esperar a que el mercado logre absorber el exceso de oferta de crudo?
Así que si bien un recorte de producción podría sostener los precios del crudo, para la OPEP, hoy por hoy, recortar la producción implica seguirle cediendo participación de mercado a Estados Unidos (vía menores importaciones de crudo).
Una opción, que Arabia Saudita parece favorecer, es mantener la producción en sus niveles actuales, y adaptarse a un nuevo escenario con precios en un menor nivel. Ello permitiría sacar del mercado a productores norteamericanos de shale oil, cuyos costos marginales de producción son mucho mayores a los de la OPEP.
Sin embargo, ello tiene consecuencias negativas para algunos miembros (que son los que más urgentemente han demandado una respuesta de la organización): particularmente Venezuela e Irán, que necesitan urgentemente de los ingresos fiscales del petróleo.
También otros países como Rusia se ven afectados por menores precios, ya que percibirán menos divisas, lo que se suma al impacto que ya tienen las sanciones sobre la economía.
Por el momento, la situación apunta a que la OPEP decidirá mantener la producción actual, pero habrá que esperar hasta mañana para conocer el resultado final.
En resumen, un panorama con mucha incertidumbre, pero a la vez un acto muy entretenido de observar.